Tuesday, November 20, 2007
20 N
Oye, medio que van sanando las heridas. Hoy es 20 N y hasta las 19:48 horas no me he percatado del valor de esta fecha, ni me he acordado de la promesa que hice el año 1975 en Salamanca, estando como testigos algunos compañeros que estudiaban biológicas conmigo. Prometí entonces que cada 20 N me vestiría de gala para celebrar al muerto y para hacerle un homenaje a mi abuelo Felipe.
Empecé poniéndome una corbata delgadita y roja [de paramecios] con un blazier azul marino y, a los cuatro años, acabé comprándome una pajarita roja que solo he lucido en esta fecha, año tras año.
Hoy me la puse justo a la hora marcada y pienso estar con ella hasta que me llegue el sueño.
HACIA MI MEDIO SIGLO (II)
[Relectura de Diario de un Savonarola]
18 de enero de 2003
Mientras el cáncer social de nuestro tiempo se centra en la política, con un duro y alarmante proceso extensivo de tipos sin sustancia que sólo miran por sus intereses particulares, los jóvenes –los que quieren buscar salidas, que no son muchos– toman el carro de la solidaridad con el Tercer Mundo y centran sus ideales en historias que, sin querer, acabarán llevándolos al terreno político por un camino bien distinto al que utilizamos los tipos de nuestra generación.
No sé por qué, pero me está dando en la nariz que no pasando mucho tiempo, si las cosas no cambian –que no cambiarán–, empezará a gestarse una dura respuesta social contra todos estos ídolos de sí mismos. El que no esté preparado para soportar las duras recriminaciones del gentio puede morir a los pies de sus botas. ¿Quién vendrá a sustituir a toda esta calaña de serviles inútiles?, ¿qué jóvenes acumulan el grado de preparación suficiente como para tomar las riendas de este carro maltratado? No se me ocurre gente mejor que la comprometida con las causas justas de la Tierra, gente autoformada en los campos de trabajo africanos, indios o sudamericanos; gente que ha aprendido a reconocer el sufrimiento echando una mano en los Balcanes o en el Pozo del Tío Raimundo. El problema, el justo problema, es que esta gente está absolutamente desencantada con la clase política y va a costarles mucho tomar esas podridas riendas. Sólo una respuesta social dura será capaz de empujarles a donde ya debieran estar.
¿Que a qué viene hoy todo esto?, pues no lo sé, quizás porque mi paseo de ayer por Madrid me ha llevado a pensarlo, quizás es porque deseo con todas las ganas que esto suceda o quizás porque ya no aguanto más este puñetero desencanto.
Confío en esos jóvenes y deseo que todo suceda ya, que las hienas políticas empiecen a conocer ya mismo el sabor del barro y que una nueva luz llena de futuro nos meta nuevas ganas en el cuerpo a todos y a cada uno de nosotros.
Tristemente, el hombre es un hombre para el hombre. Corríjase el refrán en positivo.
(21:30 horas) Tres lluvias benéficas hoy: la de cubiertas rotas del volumen ‘Cartapacios’, de Aníbal Núñez, que después de mil avatares y algunos malos rollos va a ver por fin la luz en las librerías [ha sido una encuadernación complicada, con demasiados descartes por falta de ajuste de la encuadernadora, pero al final hemos vencido al maldito silencio que pendía sobre esta edición [sale al mercado en coedición de ‘lf ediciones’ y la editorial emeritense ‘De la luna libros’]… la de fotografías de lluvía a las tres de la tarde [una tarde hermosísimamente gris a la vez que luminosa]… y la lluvia real mojándolo todo de una forma salvífica y reparadora.
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