Saturday, August 16, 2008

Pequeña crisis...

Hoy jugué con mi cámara térmica, y lo hice a oscuras y con el mechero Clipper encendido. Algunos de mis dibujos mejoran notablemente pasados por el filtro de esta cámara.

Pequeña crisis y dos correos electrónicos cortitos de Alberto. El primero para indicarme mis fallos con los yuanes y la confusión entre las fotos de Rafa Pérez y Miguel Ángel [ya hice las correcciones pertinentes]… termina así:

“Como ves sigo sin dormir, aunque hoy han sido cinco horas.”

Y en el segundo correo una historia par a la de la manzanita de Adan y Eva que llega bajo la cabecera ‘Primeros síntomas diarreicos”:

“Pues nada, que me cago vivo, y tal circunstancia me provoca desgana. Han debido ser una uvas de las que, muy amablemente, nos ponen por la tarde en la habitación. Yo no las comía porque había decidido no comer nada sin pelar, pero probé una y estaba tan rica que me animé. hoy no he comido y he tomado la pastilla correspondiente. Ya veremos cómo va la cosa. Seguiremos informando. Abrazo ‘pa to’ el que veas.”

Te comprendo perfectamente, compañero, pues en mi viaje a Tanzania sufrí dos ataques similares que me dejaron vacío y delgadino… claro, que yo no pelaba nada y comía y bebía lo que me echasen… lo más gracioso fue el viaje en avión de 8 horas en el que me pasé haciendo cola para entrar al baño durante todo el recorrido: entraba, descargaba, salía y me volvía a poner a la cola.
Que mejores rapidito.


CRÓNICA VIJARRENSE PARA A.H.

Se me olvidó contarte ayer que hubo un fuego en el paraje de Los Pinos, muy cerquita de la casa de mi cuñada Julia, pero lo apagaron tres helicópteros en menos de una hora.

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Béjar está petadita de coches y personas de fuera –circunstancia propiciada por el festivo de ayer unido al fin de semana y esa cosa agosto que escupe a los capitalinos a los paraísos pequeños– y yo estoy de mal humor, como siempre que esto sucede, ya que hoy me quedaré sin pan, estará ocupada la esquinita donde tomo café y no podré aparcar mi coche al lado de mi casa. ¡A la mierda!
Ayer, Sinda y Jesús me ofrecieron exponer obra en Málaga, pero les dije taxativamente que no y se quedaron medio asombrados. No entienden, Alberto, que en el trazo soy mediocre, aunque le ponga mucha voluntad, y que probablemente me sentiría avergonzado al ver mis cosas colgadas en una sala chula.
Uno debe saber siempre dónde está y conocer el valor de lo que hace, y yo sé que mis dibujos y mis pinturas no atinan a decir ni un 10% de lo que quiero decir y no saben expresar plásticamente –no tengo técnica alguna– el sentido de mis reflexiones. Me veo mucho mejor como poeta, ya que ahí alcanzo hasta un 30% del asunto, de mi verdad.
El caso es que me inquieta que haya personas que miren con ojos asombrados lo que solo es ráfaga impulsiva y necesidad casi fisiológica, lo no que se hizo para ser mostrado, sino para ser regurgitado y mesticado por uno mismo y, como mucho, por sus cercanos en sensibilidad.
Para centrarme, encendí todas las luces del taller y coloqué en fila sobre el suelo todos mis dibujos y pinturas para hacerme una composición de lugar, y fue como asistir a un desnudo frente al espejo… allí estaban todas mis miserias y cada uno de mis jodidos defectos bocetados con trazos inseguros, infantiles… mis mujeres de pechos enormes y nalgas desmedidas, todas sin norma, sin un esqueleto posible… los monstruos saliendo de las manchas negras de tinta que los mejoraría mi hijo Guillermo en un minuto… los dibujos de líneas marcadas en exceso con plantas trepadoras y suicidas orinando en macetas [llenos de trazos irregulares e indecisos, de prisa]… los autorretratos en los que aparezco siempre con la mirada perdida, como si el espíritu me hubiera abandonado al marcar las pupilas… un verdadero desastre, amigo Alberto.
Lo recogí todo y lo até con un cordón viejo para ver si me olvido un día del lugar donde lo he colocado.
Pero me quedan preguntas de ese ratito a solas con mis trazos y mis manchas, preguntas que se quieren acercar a mi fracaso como hombre, preguntas que me da miedo responderme, incluso atacarlas, pues pienso que he de salir con graves heridas de ellas y no está el tiempo para sobrellevar dolores intensos y mantenidos. ¿Seré imbécil?

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Salí a comprar tabaco a las 12:44 y estaba nublado el día hasta el punto de empujarme a pasear un ratito ante la tregua del calor. Lo pensé mejor y volví a encerrarme en mi estudio para seguir escribiendo estas tonterías que me dejan minutillos de felicidad.
Me asombro del hueco que dejáis y lo conjuro a solas, el hueco donde estuvisteis ayer [que a veces es caries y otras albo fantasma delicioso]… el hueco que dejó la mujer de almendras con sus pechos que retumban ahora como tambores en el eco del vacío [yo en el justo lugar de esos pechos perfumados de manos, subviviéndolos]… el hueco de la loca en la placita, un hueco concubino y casi crótalo en el que nace el nervio y el temor cuando lo ocupas… el hueco del poeta menor con su resabio de complejos, con ese aroma turbio de lo gris [huele a rancio]… el hueco de la muertecita de ayer, que es lánguido y poroso, pero contiene un morbo que te hace contráctil… el hueco de la hermosa camarera, que es casi gratuito y semeja praderas de intactas vulvas húmedas orbitando una queja… el hueco de la maruja infame, versátil y con olor a rata o a niebla putrefacta… el hueco del que se quedó solo, que es ocuro y con huesos, y sabe como a salmo si lo respiras hondo…
Me asombro de cada hueco y juego a ocuparlo como lo haría una piedra, y en él escucho quieto, y en él poso mis manos para sentir mejor quién fue su pasajero y qué desfloraba su estancia allí, en él cambio de piel como un ofidio y aprendo a sentirme diminuto y tranquilo mientras soy lo que fueron los cuerpos que allí empujaron al aire.












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Tarde.
Chaparrón en las calles con tormentita molona y chaparrón imperialista NBA en la tele. He intentado trabajar un ratito, pero me puede mi pasado baloncestero y no hago más que mirar el resultado del España/EEUU por internet. En el primer cuarto ya nos han metido el culito para adentro, pero no pasa nada.
No aguanto y me subo a PdT a ver un ratito el partido. Impás.
Vengo del segundo cuarto y ya no pienso subir a ver más a PdT, que perdemos de dieciséis y me pongo de los putos nervios. En fin.
Tanta mingada cibernética y tanto entrenamiento prediseñado… cuando lo que funciona es el ‘pasa y corta’ de toda la vida, ése que tan bien supo hacer durante cinco años la selección yugoslava… que lo demás es mierda pinchá en un palo y espectáculo de cara a la galería. Sencillez y líneas cruzadas, igual que en la vida.









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