Monday, December 8, 2008
51 formas de estar.
8 de diciembre de 2008
Al acostarme anoche, un cartelón de Guillermo sobre mi almohada me avisaba del tiempo: “¡Feliz cumple, papá!” (le oía reír a carcajadas en su habitación mientras yo lanzaba gritos de sorpresina por haber encontrado aquel tesorito) y corrí a besarle y a hacerle unas cosquillinas.
Dormí como un cosaco y me desperté a eso de las 10:30 h. con un indescriptible dolor de todo... un pis largo, duchita reparadora, miradita en el espejo para ver el campo de batalla hecho unos zorros, peinadita apresurada, toque de colonia, muda limpia, ropa al azar, desayunote con besos y corriendo a mi estudio para escribir estas palabras. Solo la visita de César Yuste y señora para felicitarme me arrancó del teclado un cuartito de hora.
Y me enganché a la tarea autoimpuesta de hoy, el escribir mis 51 formas de estar... y voy a ello.
1. Mi culpa es solo mía siempre, aunque mis defectos generalmente proceden de mi relación con los demás.
2. Amar nunca podrá ser un diminutivo singular. Estoy imbatido.
3. Fumar es magnífico para la escritura, pero se tose por las mañanas al despertar.
4. Ensucio cuando pinto y me limpio por dentro cuando escribo.
5. La verdadera metamorfosis está en la cabeza y sucede en el cuerpo.
6. Cuando no estoy solo me echo de menos.
7. No debo dejar nunca que mi debilidad sea la fuerza de los que no me quieren.
8. Obrar bien a veces resulta impúdico (en todos los sentidos del término “obrar”).
9. Que en la cabeza no haya lugar para la conciencia mientras piensas.
10. Dios se pone cada día mi muda y mis zapatos.
11. Ignoro siempre en voz alta... y sé en silencio.
12. Mi mano conoce la mejor forma de amarme. Pregúntale.
13. La costumbre es una compañera fiel... y nunca aburre.
14. Siempre pienso lo mismo de los que dicen que ya no soy el mismo.
15. No sé bailar, pero lo pienso mucho.
16. Cuando me utilices, no me lo digas, me sentaría mal.
17. Cuando creo que los árboles me hablan, termino dándome cuenta de que lo hace el viento.
18. Más que matarlo, me gusta dejar herido al tiempo.
19. Me acuso de que la sombra que proyecta mi cuerpo es la de una mujer.
20. Siempre amé más a lo que no pude tener.
21. Cuando menos me gusto es cuando soy prójimo de mí.
22. Todo lo que pienso se me deshace en la boca.
23. La verdad de mis sentimientos siempre termina siendo mentira en mis manos.
24. Que alguien me enseñe a diferenciar entre el efectivo y lo efectivo.
25. El sí y el no ya no son taxativos. Todo depende de mí.
26. A medida que pasan los años beso más con los ojos que con la boca.
27. Guardar un recuerdo es iterativo.
28. ¿Se soñará lo mismo durmiendo boca arriba que boca abajo?
29. Mi mayor venganza es escribir cuando no quiero.
30. Mi escritura es despreciable si la comparo con mis pensamientos.
31. Que la palabra me pertenezca, eso es lo que busco.
32. La disciplina que me autoimpongo me hace resistente.
33. Sigo asombrándome ante el milagro que supone una erección.
34. Que alguien me deje claro si la nada es un simulacro.
35. No quiero ceder nunca... pero siempre lo olvido.
36. Busco un lubricante de calidad para dar salida a mis ideas.
37. Me gustan los cuerpos de mujer detrás de una persiana.
38. ¿Mi vida es convexa o es el espejo?
39. Nunca te apresures conmigo, que siempre voy por partes.
40. Regresar a lo que fui es tan morboso como ir a lo que voy a ser.
41. Me encanta ser el eco de otro cuerpo.
42. Soy testigo de mí, pero no me recuerdo.
43. Tengo una gran certeza... y no es la muerte.
44. Si me miro desnudo, intento ser clemente.
45. Nada permanece, lo sé, pero aún no me he dado cuenta.
46. En sueños, acabo casi siempre suicidándome... luego tomo un desayuno copioso.
47. Mi mayor cobardía es conoceros.
48. Si mi cuerpo siente pasión, yo paso hambre.
49. Soy un ingenuo, pero me salva un poco el sentir estupor ante la mirada del otro.
50. Mi mejor potencia es la ineficacia.
51. Sé que voy a morir... por eso vivo.
•••
Y que mi hijilla me regaló una camiseta que reza: “mi segundo órgano favorito es el cerebro” junto a una imagen de W. Allen, y que me llamaron la hermosa tía Antonia y mi hermanita con su Lolo, y también lo hizo Hilaria [que siempre se acuerda de mí por estas fechas y nunca falta su llamada], y que mi madre me hizo tostón y picatostes con miel, y que hubo pastelones y muchas risas acompañadas, y que Albertito Hernández tuvo el lindo detalle de regalarme uno de sus cuadros últimos [una escena de otoño magnífica] y nos tomamos juntos un vinín, y que muchas cosas más que mejor no cuento porque las dejo para mí, aunque sí diré que me felicitaron Richar y Maite mientras viajaban hasta el hospital donde será operada mañana la coleguilla [os deseo toda la suerte del mundo, amigos].
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